De Obama a Belén Esteban. Las celebrities copan las portadas de periódicos, el prime time televisivo y las conversaciones en el trabajo. La periodista y escritora Margarita Rivière analiza los claroscuros de esta nueva "religión mediática" en el ensayo La fama (Crítica).
"Los que llamamos famosos conforman una élite que transmite valores, y el culto a la fama refleja la otra cara del premio de la celebridad: el castigo del anonimato y la marginación", explica Rivière. Y añade: "Es como si el mundo estuviera dividido en dos castas: los que actúan y los que miran. Y los grandes intermediarios de este hecho cotidiano y global son todos los medios de comunicación, incluidos el cine e internet".
Supermercado global
"En este negocio los personajes, los famosos, se fabrican a la medida de los presuntos gustos del público, convertido a su vez en audiencia, en puros mirones que pagan por ver. Por ejemplo, Belen Esteban es un producto exitoso en España de ese supermercado, igual que Berlusconi lo es en Italia o Michael Jackson lo ha sido en todo el mundo", afirma la periodista, autora también de las obras Lo cursi y el poder de la moda (1992) y El malentendido. Cómo nos educan los medios (2005).
"Los famosos son hoy los santos de la religión de la comunicación total", concluye Rivière, que en La fama ahonda también en la actual realidad mediática.
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