Existe un paralelismo en esta época con diferentes momentos en la historia del hombre en que la sociedad adopta esquemas estéticos que fortalecen la identidad del varón de forma conciente a través de la moda y nuevos hábitos de conducta en afeites o en el uso de tecnologías que generan un bienestar práctico.
Los mercadólogos son los principales promotores de ello. Tal es el caso de las publicistas norteamericanas Marian Salzman, Ann O´Reilly y Ira Matathia quienes en su libro “The future of Men” hacen del término alemán Uber, el más reciente prefijo del hombre que muestra a través de un gusto depurado su intelectualidad, autoestima, cultura y estilo de vida; de ahí que ya los metrosexuales estén demode y que en tiempo reciente el ubersexual se equipare a un ser cuya nueva etiqueta lo comprometa con el medio en el que se desenvuelve pero de una forma menos egocéntrica y dando realce a su aspecto varonil.
¿Cuánto durará esta condición en el hombre? Depende de la comunicación y el gusto por nuevos estilos, los cuales evolucionan con gran velocidad y perfilan a la par esquemas que definen la conducta del varón sobre sus nuevas costumbres: ya sea que sea un especialista en gadgets, que se le llame tecnosexual o que tenga una inclinación hacia el wellness, la corriente de bienestar estadounidense que surge en los setenta y que recobró auge desde la década pasada hasta nuestros días, con la implantación de trainings de acondicionamiento físico y espacios especializados para el culto de la estética masculina.
Cuestión de estilo
Lo cierto es que esta condicionante ha generado la posibilidad de crear nuevos objetos y servicios así como accesorios que antes no eran considerados como esenciales o bien no se había especializado sobre ellos.
En la moda se muestra cada vez con más frecuencia el uso de bolsos masculinos, guantes, fulards, anillos, pulseras o prendas con nuevas texturas y diseños más vanguardistas que ya se perfilan como tendencias que dan clara señal de que el hombre también quiere demostrar su gusto por el lujo.
En tecnología el acceso a información, el sentido práctico y la calidad de una marca en el gadget ofrece una identidad sobre el poder que tiene quien lo porta: es el nuevo esquema del varón contemporáneo, cosmopolita que exige tener en su forma de vida, diseños que respondan a una función precisa.
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