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Imanol Arias bromea con sus «cuernos»


Primero que sí, luego que no. Fue Juan Ribó el único que desmintió los rumores que apuntaban a que mantenía una relación personal con Pastora Vega. La noticia saltó a raíz de unas declaraciones de su mujer, Cristina López, y el notición corrió solo. Mientras tanto, Pastora Vega seguía muda como siempre.

Su rostro serio, nada simpático por cierto, ni ponía ni quitaba. En Navidad se fue a Argentina con su amiga Cecilia Roth y sin un Ribó con el que compartir el Año Nuevo. O eso creíamos.


Fue la semana pasada cuando mi querida Paloma Barrientos anunció que Pastora y Ribó estaban juntos y que incluso les veremos en una gira de teatro la próxima primavera. Según esa noticia, Ribó no era sincero cuando desmintió esa relación y su esposa sí tenía motivos fundados para sospechar de que algo había entre ellos.


A todo esto y ante el silencio contenido de una Pastora Vega cuyos últimos papeles han sido en algunos capítulos de «Cuéntame», serie que protagoniza su marido, es cuando me entero cómo el propio Imanol ya hasta se ríe de los «cuernos» que le atribuyen. Ocurrió la semana pasada durante la promoción de la película que acaba de rodar a las órdenes de Emilio Aragón, «Pájaros de papel». La cita fue en un estudio de fotografía. Una revista citó a parte del equipo con una serie de personajes conocidos para una sesión. Ahí estaban Emilio Aragón e Imanol Arias cuando apareció la ex ministra Carmen Alborch.

Al saludar al actor le comentó lo guapo que le encontraba al natural y la respuesta de Arias no pudo ser más divertida, algo así como que agradecía mucho sus piropos que tanta falta le hacían en esos momentos cuando llevaba unos «cuernos» con los que no cabría en Las Ventas.

Carcajada general y vuelta al trabajo que tampoco se ahondó más en la cuestión y sólo sirvió para demostrar una vez más lo adorable que es este grandísimo actor y la estupenda manera con la que lleva las cosas. A eso se llama torear con arte.


Cita con José Bono en Madrid con motivo de su nombramiento como embajador honario de la ciudad de Gandía. A su lado el padre Puig, uno de sus maestros de la infancia durante los años que pasó en Alicante con los jesuitas. Bono estuvo divertido y sobre todo muy agradecido por conseguir esa distinción única.

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