Liuba Duporté Guilarte tiene 20 años en el teatro y confiesa seguir enamorada de esta profesión por la cual se siente comprometida. Ella forma parte de los actores, actrices, directores y el resto del personal que celebra hoy el Día del Teatro Cubano.
“Desde niña sentí la vocación hacia este arte y en el Preuniversitario me incorporé al movimiento de artistas aficionados, declamaba en las actividades e hice la prueba de aptitud para entrar a la Escuela de Instructores de Arte en Bayamo. Recién graduada tuve la suerte de aprobar la convocatoria del Teatro Guiñol de Guantánamo y me inserté en esa prestigiosa compañía para más tarde comenzar un proyecto en el teatro dramático. Hace unos años integro la compañía Campanario y en ella me desempeño en obras para niños y adultos como “Las Pericas” y “Siempre se olvida algo”, la cual estrenaremos en la Temporada “Cruzados en la ciudad” desde este 22 y hasta el 31 de enero”.
A esta guantanamera le enorgullece ser fundadora de la Cruzada Teatral Guantánamo-Baracoa que ya este año celebra su vigésima edición y esa es una de sus experiencias más valiosas en sus 20 años de trayectoria artística.
“Lo más importante para mí es lograr la aceptación del público de las montañas que se involucran con los teatristas en cada obra y dan una valoración crítica de los espectáculos. Para nosotros los espectadores son el principal medidor de lo que uno hace, por encima de cualquier premio institucional”.Liuba Duporté forma parte del Teatro Guiñol de Guantánamo
La Cruzada Teatral, principal proyecto guantanamero que tiene reconocimiento a nivel nacional e internacional como la Distinción Iberoamericana Elena Gil, Premio Nacional de Cultura Comunitaria, entre otros reconocimientos, es uno de los principales incentivos de Liuba Duporté.
“Para mí constituye un encuentro único, pero es complejísimo, representa un reto para los treatristas guantanameros porque el teatro que se hace fuera de las instituciones requiere de un actor muy entrenado, es teatro callejero y el clima de nuestras montañas es muy húmedo y variable. Esta situación nos pone a prueba, sufrimos disfonías, catarro y otras enfermedades respiratorias pero estamos entrenados para hacerlo y convivir por más de un mes en albergues y en condiciones de campaña”.
“El teatro tradicional necesita de una sala con una acústica adecuada para entrar los resonadores y al aire libre no hay esa posibilidad. Anteriormente preparábamos obras específicamente para la cruzada pero en la actualidad llevamos las mismas piezas que ponemos en escena en la ciudad con la misma escenografía y vestuario pues tenemos más condiciones para trasladarlos hacia las montañas. Uno de los logros de este proyecto comunitario iniciado a nivel nacional en Guantánamo es que ya tenemos alumnos de la Escuela de instructores de Arte de esas zonas que se motivaron por el teatro a partir de disfrutar desde niños de las Cruzadas”.
Liuba actúa junto a otra artista guantanameraPara los grupos que nos acompañan es una experiencia inolvidable y un ejemplo es el grupo Andante de Bayamo, que llevó esta iniciativa a su provincia y allá surgió la Guerrilla de Teatreros en Granma. También los grupos extranjeros como La batida de Dinamarca y los grupos de Colombia que se insertan en la Cruzada se asombran de la enorme acogida y del respeto que gana cada año la Cruzada Teatral por la comunicación directa que tenemos con el público, no sólo durante el espectáculo sino antes y después de hacerlo.
Y puedo decir que el público de las serranías ve prácticamente más teatro que en las ciudades pero en las serranías generalmente es el principal suceso que ocurre ese día en toda la localidad y todos asisten.
Por eso estamos muy comprometidos en qué llevamos para cumplir con las funciones de teatro es educar y ese público sugiere para los espectáculos, lo que respetamos mucho e incluso Guantánamo ha logrado fomentar el teatro con tres grupos principales Guiñol, Campanario y Proyecto Ríos que llevan la magia de los títeres, la escenografía y otros elementos a un público cada vez mayor.
“Creo que el teatro en Guantánamo siempre crece, se eleva, el Guiñol estuvo en reparación durante mucho tiempo y Campanario no tenía sede hasta hace poco pero los grupos de teatro se mantuvieron pese a las dificultades de recursos e hicieron teatro en las calles, plazas y otras instituciones. El talento y los esfuerzos cotidianos se imponen”.
Esta actriz con 20 años de trayectoria artística incursiona en la dirección artística y es uno de los profesionales que contribuye a la formación de las nuevas generaciones en la Escuela de Instructores de Arte. Ella define en pocas palabras su vocación: “el teatro es una razón de vida”.
Por eso todos los actores, directores y el resto del personal del teatro de Guantánamo, como del resto del país, merecen el beneplácito en el Día del Teatro Cubano por todo el amor y profesionalidad dedicados a conquistar sonrisas, emociones y un pensamiento reflexivo a la cotidianidad y sus encantos.
Yaqueline De la Rosa
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