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Cuidados y belleza en el embarazo...lo que se puede y no se puede hacer

Después de nueve meses (a veces interminables) ya sabemos que afortunadamente nacerá nuestro bebé sano y salvo (en la mayoría de los casos). Pero hasta que ese momento llega muchas veces podemos sentirnos cansadas, pesadas, incómodas, con ganas de que todo termine y de recuperar nuestro cuerpo, nuestras fuerzas...porque sí, el embarazo está muy idealizado, la mayoría de lo que se lee por ahí es que es una etapa muy bella, muy bonita, única en la vida, bla, bla, bla, bla. Sí, es única y bella y todo lo que quieras...pero, por favor, sin engaños, también tiene su parte de inconveniencias y que, si bien es verdad que con el paso del tiempo luego lo relativizamos e incluso olvidamos, lo cierto es que hay una etapa de nuestras vidas en la que estamos...más incómodas.
Esta semana empiezo la diecisiete y ya mi barriga ha dejado de ser barriguita para empezar a ser barrigota. Ya cuando me agacho para atarme las zapatillas de deporte noto una ligerilla incomodidad y, para qué os voy a engañar, a vosotras que sois tan majas y me comprendéis tan bien...duermo fatal....me cuesta conciliar el sueño...y una vez dormida me despierto cada dos o tres horas con ganas de ir a hacer el dichoso pipí (me perdonan la cursilada). Me consuela pensar que así por lo menos me iré acostumbrando a noches intercaladas sueño/vigilia para dar el pecho o biberón al bebé cuando nazca...bueno, mejor dicho, no me consuela en absoluto.
Lo que sí es cierto es que las náuseas están empezando a remitir. Este fin de semana me he ido a un balneario (ahora más adelante os contaré cómo me lo he pasado) y al llegar me di cuenta de que había olvidado el Caribán (como veis soy todo organización, cuando nazca el bebé lo mismo me olvido los pañales) y probé a pasar las digestiones a pelo y la verdad es que, salvo la cena del sábado que tuve un poquillo, el resto, ni rastro...¿empezaré a cantar victoria? Mejor no, por si acaso.
Otro problemilla derivado de mi estado de buena esperanza (tiene guasa el nombre) es que empiezan a dolerme las piernas, especialmente por las noches. Se llama síndrome de piernas cansadas y suele ser por la retención de líquidos (sinceramente no sé por qué se llama síndrome porque realmente son piernas cansadas). Pero todas tranquilas...afortunadamente para casi todo hay soluciones. Si no se las inventa la ciencia, las pone en marcha la estética o los mimos y cuidado de profesionales.
Y eso es precisamente lo que he hecho este fin de semana, darme una buena dosis de mimos para compensarme a mí misma los efectos colaterales del embarazo...y me fui a un balneario. Se llama balneario de Sicilia (www.balneariosicilia.com), está en la provincia de Zaragoza, ya sabéis que esa zona de Aragón es famosa por sus aguas termales. Este en concreto está cercano al Monasterio de Piedra. Allí me pude hacer durante todo el fin de semana una innumerable lista de tratamientos...que me han dejado como nueva. Os cuento.
Lo primero que tengo que advertiros es que aunque un balneario es algo totalmente inocuo e inofensivo...también aquí las embarazadas tenemos que tener cuidado y tomar ciertas precauciones. Ya sabéis, siempre el sentido común por delante...Afortunadamente este balneario cuenta con la inestimable ayuda de su director médico, el doctor Guillén que después de una breve consulta en la que me preguntó semanas de gestación, posibles complicaciones en el embarazo...etc...me sugirió tratamientos...y me desaconsejó otros. Siempre por precaución. Os resumo los consejos que tenéis que tener en cuenta si acudís a alguno.
·        La mejor etapa del embarazo para hacerse estos tratamientos es el segundo trimestre. La peor, el primero. De ir en esta etapa, siempre hacedlo bajo supervisión médica.
·        Las saunas, baños turcos, así como las aguas muy calientes están totalmente contraindicadas en cualquier gestante. Puede darte un bajón de tensión. Mejor, evítalas.
·        Los masajes: ojo. No todos los masajes son buenos estando embarazada. Los que requieran hacer presión sobre espalda, mejor hacerlos en sillas especiales dónde no se te presiona el abdomen. Siempre que te hagas uno, advierte al profesional que te lo haga tu estado, aunque estés sólo de seis semanas.
·        Los tratamientos que sí son recomendables son aquellos que trabajan el retorno venoso de las piernas para que elimines mejor los líquidos y mejores el estado de tus piernas.
·        Evita los chorros de agua directamente en el abdomen, incluso cuando apenas tengas barriga.
·        Sobre todo pregunta siempre que tengas dudas ante hacer o no alguna actividad.
Yo tengo que decir que me trataron como a una reina, me hicieron masajes específicos que tienen para embarazadas y que consiste en trabajar sobre todo las piernas para mejorar la circulación y evitar la tan temida retención de líquidos. En ese masaje, además te dan uno suave en la espalda para que te relajes, así como en el cuello y en la cabeza. Terminan aplicándote una crema antiestrías en el pecho y el abdomen, todo ello con sumo cuidado y mimo. Ah el aceite que utilizan para nosotras es uno de pepita de uvas...¿nice, eh? Sólo tengo palabras de agradecimiento para todos los empleados que nos trataron tan bien, desde el dueño, el señor Sicilia, pasando por todos los empleados...la verdad es que la gente aragonesa es muy entrañable...
Así que ya sabéis, mimaos, que os regalen un fin de semana en un balneario, que os den unos masajes sobre todo en las piernas y que recordéis también la parte positiva del embarazo...que la tiene.
Ya por último recordaos lo importantísimo que es hacer ejercicio en el embarazo para evitar sentirte pesada,  para no perder agilidad y, sobre todo, para no tener las piernas cansadas. Caminar todos los días al menos cuarenta minutos puede hacer mucho...así que...a por ello

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