El hombre de los gadgets de lujo ha entrado en el mundo de la confección. En mayo de 2009, Stuart Hughes presentó el iPhone 3G más caro del mercado. Carcasa de oro de 22 kilates y logo de diamantes por 28.000 euros.
En mayo de 2010, se atrevió con el Macbook Air y lo convirtió en Suprem, es decir en un artículo exclusivo de 228.000 euros. También ha puesto en el mercado los televisores más caros del mundo, cubiertos de oro y piedras preciosas. Y ahora, el diseñador de Liverpool ha decicido probar con la ropa. Con la misma fórmula: incrustar piedras preciosas.
Hugues acaba de presentar el traje más caro del mundo. Es gris, de lana cashmere y seda. Lleva cosidos en la solapa y la parte de los bolsillos una ristra de 480 diamantes que, según asegura el diseñador de 39 años, "hará que cualquier hombre destaque entre la multitud", y cuesta el módico precio de 599.000 libras (poco más de 731.000 euros).
"Es la primera vez que trabajo con ropa. Es un gran paso para mí y lo he disfrutado", asegura el creador. "Creo que hemos conseguido nuestro objetivo de crear un clásico que no pase de moda pero que a la vez sea confortable y llevable. Es lo último en moda de lujo", añade, no sin antes precisar que la confección ha necesitado 600 horas de dedicación.
Hughes tiene pensado producir con el también diseñador Richard Jewels, tres únicas unidades del exclusivo traje, que en un intento de "ofrecer un servicio al cliente inigualable", se entrega con un vale para una estancia de dos semanas en Santa Lucía (Caribe) con todos los gastos pagados. De momento, ya han vendido uno a un comprador francés.
Jewels afirma en la web de Hughes que espera posicionar en el mercado una marca de lujo que no sólo "capture los ojos de los consumidores sino sus corazones". Hughes le hace eco subrayando que sus productos buscan "consolidar la individualidad de cada uno". Y añade que el 10% de las ventas será donado a la fundación para el desastre de Haití.
Anna Solana
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