Suave, lisa y luminosa así debe lucirse la piel del rostro y el cuerpo. Pero los agentes atmosféricos, los malos hábitos y la oxidación impiden que esté siempre inmaculada e hidratada. Recuperar la textura y el confort de la dermis implica un aporte de lípidos después del aseo personal.
Al igual que el rostro, la dermis del cuerpo, a partir de los 40, necesita productos que estimulen la renovación celular y rehabiliten las fibras de sostén.
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