Alberto II de monaco habla sobre sus planes de boda con Charlene Wittstock

Alberto II: «Espero que los monegascos se sientan orgullosos de su futura princesa»
El soberano de Mónaco habla sobre sus planes de boda con Charlene Wittstock
Faltan siete meses para la boda más importante en más de 50 años en el Principado de Mónaco. El 11 de julio de 2011, Alberto II y Charlene Wittstock se casarán ante todos los monegascos y a los ojos del mundo entero. El soberano se siente feliz y expectante ante el gran día, y ha querido conceder una entrevista al diario Le Figaro para dar a conocer más detalles del evento.

El príncipe comprende el interés que suscita su compromiso, entre los monegascos y en el mundo entero. «Charlene y yo también queremos que esta unión sea un momento de comunión de los valores que amamos, que son los de mi país».
Los ciudadanos todavía conocen poco a la que dentro de siete meses se convertirá en princesa de Mónaco. Alberto II la describe como una joven que ha crecido en los valores del deporte «que tanto admiro» y cuenta que la historia de su país, Sudáfrica, «ha fortalecido sus valores de generosidad, solidaridad y humanidad. Su sensibilidad le permite ser muy empática con los demás. Tiene mucho sentido del humor y una curiosidad insaciable». Y el soberano no puede reprimir su orgullo al reconocer que le encanta «cómo ha conquistado el corazón de los monegascos, que han sabido acogerla».
La última gran boda real en el Principado fue la de sus padres, en abril de 1956. Había un sofisticado ambiente hollywoodiense. En esta ocasión, los novios quieren que la boda refleje el momento actual y sus personalidades. «Queremos compartir este momento con la población. Por eso hemos decidido celebrarla en los exteriores de Palacio», y no en el interior, como hicieron el príncipe Rainiero y la princesa Grace.
Muchos se preguntan qué papel jugará Charlene nua vez convertida en princesa. Alberto no tiene «ninguna duda» de la voluntad de Charlene por asumir su nuevo papel. Implicada en numerosas causas sociales, la prometida del príncipe quiere continuar e intensificar su labor en este plano. «En cuanto a mis hermanas, llevan años defendiendo a nivel internacional numerosas causas», y al parecer, seguirán realizando su cometido.